Oda de amor a la crema del Decthlon

 Dicen que compartir es de guapas y que compartir es vivir. Como no estamos hablando del postre si no de supervivencia básica tengo el deber y la obligación moral de informaros de la existencia y (lo que es más importante) efectividad del producto estrella desde hace años en Decathlon. Y es que a pesar de haberlo oído durante años me he resistido pero esta temporada me ha salvado la vida. Estoy hablando, por supuesto, de la crema antifricción del Decathlon. 

Empecemos por partes. Reconozco que pese a las recomendaciones no he prestado la más mínima atención a este producto hasta este año. Quizás verlo en un lineal cerca de la línea de cajas al pagar los bañadores (único sitio donde consigo que haya de mi talla pero es otro temita) me animó a comprarlo. Su precio de 6,99€ (cómo detesto que nos estafen ese céntimo moral a los pobres) me hizo entender que la pérdida no era tan grande en caso de resultar ser un fracaso (como a los que os tengo acostumbrados). 

Pues bien, la crema posee una textura tipo Titanlux. no os voy a engañar, no huele mal pero si tiene un aroma raro. Queda pegada a la piel y durante segundos da un poco de asquete pero pasa enseguida. La cuestión es que te la pones y no notas nada de su maravilloso efecto hasta que te pones en movimiento y obra su magia. 

El truco de esta crema es que ha sido creada para deportistas. Evita los roces que se provocan al hacer deporte, cuando caminas y te masacra el pantalón o se te clava la mochila durante la marcha pero el gran campanazo lo está dando gracias a los gordos. Alguien descubrió que evita la rozadura que dan los muslos cuando llevas un vestido o el pantalón corto que sacamos del armario en agosto. Y es verdad. Pero añado que si lo pones para pasear por la playa las piernas lo agradecen pero también el sobaco. Sí amigos, poco hablamos de lo que roza el brazo en el bañador o si osas usar un colchón, como si te clavaran espinitas de bambú debajo de los dedos... ¡Lo mismito! Pues con la dichosa crema mágica ni rastro del problema. Mira si será un éxito que la han sacado en formato stick para llevarla en el bolso siempre. Que no es coña, la gente lo usa incluso para que no les rocen los zapatos nuevos. ¡Es una locura! 

Como no soy química no puedo deciros cual es la composición milagrosa, sólo cómo emplearla. Básicamente es tan sencillo como poner una capa gruesa y dejarla, sin masajear ni hacerla desaparecer. Ahí se queda. ¡Y qué gusto señoras! Si no hubiera sido tan cabezona podía haber disfrutado de años de felicidad veraniega y eliminar esa sensación de ir montando a caballo tras el primer baño en la playa. Un 10. 

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