Sobrevivir a la navidad sin excesos

 Este era el objetivo de este año. Sobrevivir a la navidad comiendo normal. Sin excesos. Quien dice excesos dice comer un poco de turrón y no un roscón de kilo y medio. Comer los entremeses necesarios para que luego entre el primer plato sin ofender a la familia. Vamos, lo que viene a ser comer políticamente correcta pero sin salir rodando. Pero en el camino han surgido algunos problemas.

Imagen de https://craftkers.com/ donde tienen unas recertas de las que también tenéis que huir. 

1. Las abuelas / madres cebadoras

No sé si solo me sucede a mí pero es que durante todo el año están erre que erre a que no comas, que no pruebes dulce, que te moderes... pero es llegar la navidad y ahí están con el cazo que si les dices poco te montan la cordillera cantábrica en el plato y si no, encima, se ofenden. Eso sí, puntualmente el día 8 cuestionarán hasta que tomes postre.

2. Los tuppers

Cuando pensabas que habías sobrevivido a la comilona llegas a la puerta y una bolsa estratégicamente preparada te espera con los huevos rellenos, la pata de cordero, las croquetas y un par de paquetes de papel de albal con el embutido. Es decir, la comida de una semana. ¡Todo bien pero nada verde!

3. La caja de polvorones

No sé qué es lo que pasa pero hay un fenómeno inexplicable y es que cuando por fin colocar todo y quitas de en medio los bombones que, por supuesto, te han traído en alguna de las casas los Reyes Magos aparece esa caja de polvorones que compraste a principio de temporada y que no consumiste, o una tableta de turrón, o unas garrapiñadas. Su fecha de caducidad es estratégica, puede llegar a la siguiente navidad, pero saber que ocupa espacio y que posiblemente te olvides de ella así que es mejor abordar el problema y acabarla. Se convertirá en tu desayuno del trabajo a media mañana de la próxima semana.

4. Litros de alcohol corren por mis venas

¿Me ven cara de alcohólica? Junto con los calcetines y los bombones el siguiente regalo comodín es ... ¡Una botellita de licor! Además de los ricos y exóticos. Crema de turrón, chocolate suizo, crema de limoncelo... No quiero mirar el azúcar porque todos sabemos que el alcohol solito ya engorda. ¡Suma dos puntos más y ahí tienes ese regalo envenenado!

5. Deshincha el globo aerostático.

¿Quieres una Coca-Cola? Es una pregunta trampa, una detrás de otra. Mira que no tengo gases pero es que sales de la navidad a propulsión a chorro. Esos pedetes traicioneros y esos retortijones de gases. Todos los años dices que no pero ahí estas, que aunque sea Zero el pantalón se nieva a abrochar. ¡Ni una burbúja más!


Yo no he sobrevivido a la navidad y he caído en todos estos pecados capitales. Espero que hayáis sido buenos y os haya ido mejor. ¡A por el nuevo año Brigidos míos!

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