Kiko Matamoros contra Anabel Pantoja ¿gordofobia de manual?

 Es que vuelves de vacaciones y no puedes estar tranquilo, o eso debe pensar Kiko Matamoros que tras un break en forma de safari millonario aterrizo en España y le llueven los palos por todas partes. Por una parte con su ex, sus hijos tampoco le consideran la persona más popular del mundo pero esquema desde hace una semana se está “liando gorda” por unas polémicas declaraciones en una revista sobre su compañera en Sálvame. 

Yo, que soy una persona de Netflix cometí el error de poner un segundo la tele y… pues ya me quedé a ver el culebrón porque me parece surrealista. ¡Ojo que esto pasó hace ya más de una semana! Y aún a día de hoy sigue indignado por la acusación de gordofobia que pende sobre su clava cabeza. Os pongo en antecedentes: 

«Anabel es la consecuencia de una actividad carente de contenido cultural, intelectual, etc., que la sociedad compra, y el problema no es de Anabel, es de la sociedad. Ver a una chica bailando, explotando la obesidad, no lo entiendo, no sé si es un me ‘río de mí misma’…»

Estás son las palabras que dedicó Kiko en la revista Lecturas a Anabel Pantoja. Obviamente el programa lo está explotando a tope. Y el colaborador más aún. Pero esto me lleva a varias reflexiones: 

 1. Sálvame puso toda la carne en el asador con este tema invitando incluso a una politóloga experta en body positive que intentó explicarle porqué sus palabras son gordofobas. Eso cabreó aún más al colaborador. Pero es el mismo programa que propuso hacer un reto para que Anabel adelgazara pesándola en directo durante meses. Doble rasero, ¿no?

2. Que Kiko hable de la comida como una adicción reprochable tiene gracia porque aunque ahora sea todo un deportista de élite creo que es voz populi que tuvo una vida anterior poco sana. 

3. Que lo que indigne a Kiko es que le llamen gordofobo y que no sea capaz de entender que lo que dijo es ofensivo, incorrecto , y , voy más allá , no es de su incumbencia, es algo digno de tratar con un psicólogo y no en todos los programas de la cadena. 

4. Que Anabel hable de si misma como gorda orgullosa es potestad SUYA. No hay nadie más que pueda hacerlo, que tenga el derecho de hacerlo. Y punto. 

5. Explotar el tema durante más de una semana es tan indignante como la rentabilidad de la que acusa a Anabel. Ser gorda vende… pues diría que moderadamente. Y que para gustos los colores. Pero sobre todo que lo que vende de una persona no debería ser sólo su cuerpo. Me atrevería a decir que el éxito es simplemente que le importa todo un pito y eso a la gente le gusta. Yo personalmente estoy de vidas perfectas y casas ordenadas hasta el papo. 

Así que si el señor Kiko Matamoros no lo ve donde está el problema de las declaraciones. Apaga y vámonos.

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