El culo no me caben la silla del bar

 Empezamos con la temporada de verano y con ella llega uno de esos momentos infernales donde los gorditos se esconden para pasar desapercibidos y donde algo tan sencillo como quedar con los amigos para ir de cañas puede convertirse en un suplicio y es que el ingeniero que inventó las sillas de plástico de los chiringuitos debería arder en lo más profundo del infierno. Os cuento…

Hay un episodio de la énvialo This is us donde Kate va a comer con su marido y unos amigos a un restaurante. Él intenta por todos los medios de que cambien la mesa pero la camarera no hace ningún caso.  Es en ese momento cuando la situación se pone incómoda cuando Kate le explica a los comensales y a la propia persona del local que la mesa que les han seleccionado no le permite sentarse porque “no cabe”. Es una situación violenta que solucionan enseguida pero no sin haber tenido que dar el paso de pedirlo y con la consiguiente lacra social que eso conlleva. Pues las sillas de los bares son para mi como la mesa del restaurante de Kate… una pesadilla. Es más, somos muchas las que desde lejos intentamos atisbar el tipo y modelo de silla antes de sentarnos para intentar maniobrar y liar al grupo para cambiar de local buscando alguna excusa que no implique hablar de mi culo. 

Un máster tenemos los gordos en maniobras cómo la de sentarnos de lado y cuadrar la cadera para poder entrar en cualquier silla que tenga apoyabrazos. ¡Un máster! Y casi somos capaces de llorar de la emoción si vemos una terracita con sillas que solo llevan respaldo y que permiten esparcir el cuerpo con alegría. Esto aplica también a los cines de verano que siguen teniendo esas sillas unidas en filas con apoyabrazos compartido y hechas de metal que te dejan además marcado el culo con franjas de lozas al levantarte. Eso sí debería estar prohibido. 

En primero de carrera te sacas el título de reconocedor de sillas de plástico. Aunque son algo a evitar a veces no te quedan opciones así que saca papel y boli porque la vida es más sencilla cuando desde la lontananza eres capaz de vislumbrar una silla Estrella Galicia. Amigo, si es ese el caso empieza a buscar alternativas porque son las más pequeñas del mercado con diferencia. Si superas la talla 50 puede que tu cara cambie de alegría al ver las sillas de San Miguel o las Alhambra. Son anchuras y cabe el culo entero. Por supuesto los bares que han invertido en taburetes, sofás y sillas de respaldo merecen nuestra mas sincera admiración y gratitud eterna. 

En segundo puedes estudiar cómo denunciar al bar si acabas con el culo en el suelo. Caso real. ¡Ojo! En Murcia una silla se rompió y el bar tuvo que abonarle tras el juicio 6.000 eurazos porque el juez indicó que las sillas de los bares tienen que aguantar el peso de CUALQUIER PERSONA. Así que mucho cuidado que los culones somos peligrosos y más os vale ponernos un sitio cómodo o la podemos liar gorda. Literalmente. Puedes leer la noticia en el siguiente enlace y te recomiendo ver los comentarios que son de lo más variopintos para entablar un diálogo poco constructivo. https://www.20minutos.es/noticia/1446999/0/bar-condena/murcia-silla/cliente-peso-obeso/

Para sacarte el título ya pasas a la asignatura más complicada que es el Harakiri porque los gordos somos muy nuestros y si hay que sentarse … pues te sientas. Ahora la parte en la que te quedas atascado, reptas para salir, o te levantas con el culo como un mapa… eso no se paga con dinero señores. 

En resumen, el verano es para disfrutar así que si la silla no os convence pedid que os saquen otra, si Kate puede tú también, y si no tirad de hemeroteca y amenazad con los 6.000 euros de multa por lesiones que eso seguro que funciona. 

Publicar un comentario

0 Comentarios