Physical, sudar te hará libre

 Hablar de Physical se hace complicado porque es una serie difícil. Pese a que el trailer promete exactamente lo que da es el formato crítico, el tono y el enfoque lo que hace que la odie y ame a partes iguales. Empecemos diciendo que la serie no es para todos los públicos, al contrario, es necesario una madurez mental para afrontar muchos de los temas que trata pero a la vez su formato corto de unos 30 minutos por capítulo, sus relaciones interpersonales y el papelón de Rose Byrne hace que se haya convertido en un oscuro objeto de deseo entre los títulos de la plataforma Apple +. Dicho esto os preguntaréis que hacemos aquí hablando de series… Pues Physical ensalza el empoderamiento de la mujer gracias al ejercicio físico y se centra en los desordenes alimenticios. 

Nuestra protagonista es Sheila, una ama de casa de mediana edad anclada en los años 70 que vive a la sombra de su mediocre marido y pasa los días entre colegios y clases de ballet. Su vacía vida es narrada en forma de voz en off y, aunque comienza pareciendo la historia de un triunfo y un ascenso a la fama, al menos en su primera temporada, en realidad es una lucha interna por vencer los propios demonios. Un día acaba acosando a una rubia y llega a una clase de aerobic en un centro comercial, algo que a priori como buena hippie debería odiar pero lejos de huir acaba obsesionada con este ejercicio como forma de sentirse mejor y abandonar los malos hábitos alimenticios en forma de bulimia, atracones y vómitos controlados que además le han llevado a la ruina económica. 

Una especie de Perfect pero sin John Travolta moviendo coxis y con una subtrama de personajes con complejos, fetiches, traumas y cosas no resueltas que acaba haciendo que la vida de todos gire en torno a Sheila como un orbe lleno de energía que lo engulle todo. 

¿Por qué me gusta Physical?

Hay algo extraño en la serie. No acaba de cuajar en muchos aspectos, casi se deja transportar por su actriz protagonista que es la que salva la temporada pero hay algo hipnótico en la forma de tratar los trastornos alimenticios que me ha llamado la atención. El único juicio proviene sólo de la mente de Sheila, los personajes con sobrepeso son casi más complejos que ella y ganan partes de la trama… pero sobre todo me gusta la neutralidad y la forma de abordar el tema sin complicarse en justificaciones o explicaciones. Creo que los desordenes alimenticios son un poco así, algo que no tiene una explicación o una justificación racional. Simplemente existen. Simplemente puede tenerlos cualquiera y no tienes por qué darte cuenta de ello. Hay algo hipnótico en hacer girar una historia de éxito en una lucha interna en la que son una parte clave pero no la única. Que se entienden como un problema pero no se busca una solución si no que esta aparece en forma de vigorexia aeróbica. 

La serie ha recibido palos por todas partes, guión un poco plano, personajes o o convincentes… No estoy de acuerdo en muchas de las afirmaciones pero también las entiendo. 

Para las gordas que afronten la serie les recomiendo que se armen de paciencia. Ver a Rose Byrne llamarse gorda en cada episodio duele un poco en el alma pero según avance cualquiera que tenga problemas con su cuerpo puede entender un poquito más todo lo que sucede en su cabeza (básicamente porque lo explica con sus propias palabras). Desconozco si llegaremos a contar con una segunda temporada para acabar de cuajar el empoderamiento femenino a través del baile pero de momento me ha parecido una propuesta interesante y que puede crear diálogo entre los cueros normativos que no se creen que lo sean. 

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