Ser ex gordo siendo mujer

 Esta reflexión viene en dos partes, como las películas malas de Netflix. Una cosa que pasa en el mundo de los gordos es que salir es complicado, muy complicado. No por perder el peso en sí mismo, si no más bien por todo lo que rodea el haber sido “la gorda” , “la fuertecita” o el apelativo cariñoso que te hayan colgado desde la tierna infancia. De esa forma aunque reduzcas tu volumen corporal  y pierdas una buena cantidad de kilos siempre pasará algo curioso y es que seguirás siendo “la que estaba gorda”. ¿Ejemplos?

Adele

Adele era una gorda orgullosa. La verdad es que nunca se ha hecho  público el motivo que le ha llevado a perder ese peso. ¿Estética? ¿Salud? Chi lo sa. La cuestión es que recurrió a la dieta Sirtfood que consiste en comer vegetales para activar el “gen flaco”. La cosa es que Adele pasó parte de su carrera amenazando a todo aquel que osase sugerirle perder peso. En muchas ocasiones declaró que perder peso no era necesario para su carrera, y me parece estupendo que cuando le haya dado la gana haya decidido perder todo lo que le “sobraba”, ¿Me gustaba más la Adele que amenazaba con despedir a quien le hablase de su estética? ¿La que cuando Karl Lagerfeld definió como “un poco gorda” y contestó “y uy orgullosa”? Sí, me caía bien pero me parece estupendo que lo haya hecho. 

Problema número 1 de Adele. Su cambio de imagen drástico y rápido ha hecho que muchos amigos se preocupen pobre ella. Si inicialmente declaro que odiaba el deporte y que su peso había sido reducido sólo a base de dieta ahora parece que se ha hecho adicta al Fitness y vigila de forma enfermiza su dieta. Ahí es donde el culto al cuerpo preocupa pero.. ¿Para qué?

Me refiero a que cuando alguien describe a Adele se reduce a decir “esa chica que canta tan bien y QUE ESTABA GORDA”. Es más, si te cruzas con la nueva Adele… ¿La reconocerías? Yo ahora mismo no pongo la mano en el fuego. 

No es lo mismo en los casos de delgadas que han engordado (pongamos por ejemplo a Kirstie Alley), en ese caso siempre pueden volver a ser como eran y no volveremos a hablar de esa fase. Esto aplica también al género masculino y los famosos términos como “fofisanos” que sacan lo peor de mi misma. 

Rebel Wilson

Su carrera se basa en papeles de gorda simpática. De hecho ha declarado que sus agentes le recomendaron no perder ni un gramo para no perjudicar el continuo flujo de trabajo de la actriz que ha estado nominada a los Oscars. Pero no, ella decidió que el 2020 - que ha sido para todos los gordos un año horribilis - iba a ser su año Healty así que se calzó las mayas y está en pleno proceso de adelgazamiento brutal. Ha dejado de comer procesados y ha pasado a un adieta alta en proteína. ¡Pues bien por ella! Sólo espero que los encargados de contratarla puedan ver si su actual peso les cuadra para que siga divirtiéndonos como hasta ahora. Como Rebel está en pleno proceso aún es pronto para decirlo pero que algo tan habitual como la perdida de peso en hombres no merma su agenda de trabajo. Pongamos un ejemplo reciente del mismo perfil cómico, Jonah Hill, no sólo perdió peso y siguió currando si no que se permitieron el lujo de emparejarlo con actrices como Emma Stone de manera romántica pese a que, seamos sinceros, Hill guapo, guapo no es. 

A mi Rebel con 30 kilos menos me gusta igual que la Rebel de siempre. He dicho. 

¿Sigo? Podría. Es más, lo haré. Pero de momento creo que nos hacemos a la idea de que si eres mujer y empezaste tu carrera siendo gorda quitar esa etiqueta cuesta mucho más que perder tus kilos. 

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