Seguro que si eres gorda seguirás alguna cuenta de moda para tallas grandes. Y seguro que las publicaciones que más te gustan acaban cortando su talla je justo cuando llegan a tu talla. Misteriosamente al listar en webs online encuentras la terrible realidad que lo que está disponible en talla grande, lo que entendemos por talla grande, no desde la 44 que es una locutora, es en realidad los desperdicios de la tienda de telas de Bangladés. Hoy queremos hablar de una de las cosas más odiosas de la ropa de tallas grandes: los estampados.
Si tenemos que buscar partes de arriba (cualquier cosa desde camisetas a chaquetones) una de las primeras cosas que me llaman la atención es la abundancia de modelos de animal print que tenemos. No te puedes quejar, si quieres parecer un leopardo obeso puedes hacerlo en toda la variedad cromática existente en el mundo. Desde rosas imposibles pasando por terribles flúor y los clásicos marrones y negros.
Noticia de última hora, los estampados inspirados en la naturaleza no quedan bien. Bueno, en tops minúsculos para niñas que hacen aerobic tienen un pasar pero más allá de eso no quedan bien. ¿Vale? Al contraría, es bastante incómodo ver a alguien que supera los 100 kilos con una camiseta con escote enseñando pechamen y barriga marcada, porque si, además estás prendas tienen la poca fortuna de ir bien pegadas al cuerpo.
Debo reconocer que los animal print no son los estampados que más me gusten en el mundo de la moda, ni siquiera para personas con pesos saludables. Tienen un puntito choni que no me acaba de agradar, aunque como en todo para gustos los colores. Pero mantengo la teoría de que con los que sobra de los patronales de las tallas grandes se montan los tops de las adolescentes y eso hace que me den aún más rechazo.
Otro estampado que me rechina es el de camuflaje. Y me pasa un poco como con los estampados de animalizaos, no lo veo si no estás en un safari de África o en un territorio de conflicto bélico. No es fashionable.
Pero cuando ponemos una camisa de camuflaje a una gorda de talla 52 (ya las de más talla ni te cuento) me siento un poco como si fueran a tirarte al foso de los elefantes para que se alimentaran de ti.
Claro, pero si te vas así al bosque la posibilidad de morir disparado debe ser astronómica porque algo tan voluminoso entre los setos es sin duda una buena pieza. Yo no me lo pondría para ir por el campo, ahí lo dejo.
Estampados de viejas.
Tengo noticias para vosotras, grandes tiendas de ropa, las viajes nos van a comprar al C&A. Lo normal es que chavalas de entre 20 y 50 años sean las que paseen por vuestra sección de ropa de tallas grandes... ¿Quién os diseña esos estampados imposibles y ésos patronales de pueblo de los años 20?
Mejor oscuro que esconde.
Dicen que los colores oscuros “adelgazan”. Yo creo que en realidad como llaman menos la atención favorecen la necesidad de las mujeres con sobre peso de ser invisibles para evitar burlas o problemas en el mundo exterior. Ya es suficientemente jorobado ser gorda para además vestir de rojo y ponerse en el centro de mira. Las gordas tendemos a la invisibilidad para auto protegernos.
Eso sí, cuando una de nosotras consigue ponerse un buen vestido rojo la miramos con admiración por lo alegre y despreocupado de la prenda. ¡Qué guay! Se ha atrevido a llevar la ropa que le ha dado la gana.
Pero igual que nosotras hay un grupo de seres vivos que al verlas pasear piensan autenticas barbaridades sobre su elección porque claramente están capacitados para opinar o valorar sobre lo que una gorda debe llevar o no en la vía pública. Opinologos los llaman, creo que es un trabajo muy gratificante y gratuito. El 50% de la sociedad tienen a bien hacerlo en sus ratos libres.
Ya si eso hablamos de los patronajes de las prendas en un futuro, que eso también da para un libro.
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