Iba a comenzar diciendo que es una pena que tengamos que seguir leyendo esta sarta de tonterías en los medios. Pero sinceramente me quedaría sin blog si no fuera gracias a las tonterías de la industria del cine americano. Así que, para bien o para mal me parece que vamos a tener blog para rato, viendo lo visto. Hoy toca hablar de por qué Bryce Dallas Howard necesitaba pesar 50 kilos para interpretar la última película de la famosa saga de dinosaurios.
Me parece interesante poner un poco en antecedentes a los lectores sobre la carrera de esta impresionante moza. Con sus 41 años primero tuvo que luchar por hacerse un nombre en la industria desligándose del de su padre, el director Ron Howard. Debutó con él en 1989 y desde ese momento siguió en el mundo del cine y televisión siempre con pequeños papeles hasta que cayó en manos de M. Night Shyamalan en 2004 donde encadenó sus dos primeros papeles de protagonista. Desde entonces no ha parado de trabajar delante y detrás de las cámaras ya que ha dirigido un par de episodios de The Mandalorian y uno de Boba Fett así que además seguramente sea una frikaza de cuidado. Su valor como actriz está claro, incluso fue nominada al globo de oro en 2008. Pero lo importante aquí es que entre una película y otra Bryce engordó un poco y eso preocupó terriblemente a los señores que ponen la pasta en la película y recibió la "sugerencia" de ponerse a dieta para poder grabar la tercera y última entrega.
Bryce, que es una señora, les dijo gentilmente que no pensaba hacerlo, es más, que si estaba a dieta no podría hacer las escenas de acción por los requerimientos físicos de las mismas. Vamos que se pusiera a dieta su tía. El director y los compis de rodaje la apoyaron. Siendo una tercera entrega, un personaje recurrente y una actriz consagrada no era posible darle la patada (como pasa continuamente en producciones menos complejas) así que tuvieron que seguir adelante con ella, pese a que tenga unos kilos de más. Ojo, recuerdo que Chris Pratt también ha engordado película tras película y nadie le ha pedido que naje de peso. ¡Ahí lo dejo!
Una gran victoria para la humanidad. Lo siguiente sería plantearnos por qué su compi cobra casi el doble por el mismo tiempo en pantalla que ella. Pero eso ya lo dejamos para otro día.
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