Le lloverán premios a Brendan Fraser

 Voy a reconocer que Brendan Fraser me gusta mucho. Desde siempre. Cuando era un mazado cañón colgado de una liana, cuando se metía en excavaciones y emulaba a Indiana Jones... Y también en esos papeles que eligió poco después, más arriesgados y fascinantes como en Dioses y Monstruos donde se veía que además de estar cachas era un buen actor. Pero como todos los demás luego desapareció y no le hice mucha cuenta. 

Es ahora cuando ha regresado y ha explicado todo lo que le ha pasado los últimos 20 años cuando me parece aún más entrañable. Divorcios chungos, abusos en la meca de Hollywood, adicciones y problemas de salud... y es que el ritmo de una estrella de cine parece fácil pero no siempre es un camino de rosas. La cuestión es que después de excesos y curas varias reaparece con menos pelo y más kilos. Ha sido en Venecia con el estreno de The Whale, lo que promete ser una película de la que muchos hablarán y pocos irán a ver el cine pero que ha puesto al actor de nuevo en boca de todos. 

¿Por qué hablan de Brendan Fraser? Pues en muchos casos por su aspecto físico. Lo que se ha bautizado como "el efecto Brando", Por el Padrino. Ya imagináis. Cuando un actor (normalmente masculino) reaparece tras mucho tiempo con un aspecto muy diferente y todo el mundo lo alaba y se deshace en elogios con él. cuando lo físico trasciende y se mezcla con la actuación y los premios empiezan a lloverle junto con la crítica que se reconcilia con esa persona y le pone de nuevo en el punto de mira. Nos ha pasado millones de veces. Siempre con la misma ecuación. Actor con problemas que regresa tras un parón largo y con un aspecto muy diferente respaldado por un director de culto. Tarantino lo hizo con Travolta y Aronofsky lo hace ahora con Fraser que consiguió una de las ovaciones más brutales en el festival de Venecia que se recuerdan en años. 

Interpreta un ser humano, que ha perdido el contacto con su hija y que postrado en una silla por sus 300 kilos de peso intenta reconciliarse con su existencia. El papel es, a todas luces, jugoso. El premio al mejor actor en Venecia se le escapó pero todos lo tenían en el punto de mira y todo hace presagiar que algún premio le caerá este año por su valentía, su osadía y sus prótesis para dar ese aspecto en la pantalla. En común con su personaje tiene el haber dado un paso para enfrentarse a sus problemas y luchar por cosas cotidianas. El problema es que cuando es un actor quién hace estos cambios drásticos siempre les llueven premios pero cuando es una mujer en lugar de Efecto Brando caemos en el efecto Winslet. 

Yo estoy deseando ver la peli, me parece una historia interesante y sé, incluso cuando era George de la Jungla, que Brendan Fraser es un gran actor. Y espero que le lluevan los premios y nos regale interpretaciones de lujo. Y deseo que todo lo que está contando y denunciando cale hondo. Pero también quiero que el Efecto Brando se haga extensible a todo actor o actriz que tenga los bemoles de arriesgar su salud de forma consciente para adecuarse a un papel pero que además no sea un tema de peso asumir que las actuaciones brillantes existen. 


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