Frases de gordas: ¡Enhorabuena! Y lo que se les ocurra después.

 Como gorda en servicio activo he sufrido muchas veces la cesión del asiento en trasporte público y es algo que me sienta un poco a cuerno quemado. En el caso de las personas delgadas ves la barriga muy obvia pero en el caso de las personas con obesidad la cosa se complica. Se agradecería mucho que si alguien está esperando un bebé lo comunique no verbalmente acariciando la barriga de forma inequívoca. Algo así como una norma no escrita que comunique su deseo de sentarse en el asiento. De forma poco discreta, totalmente descarada y si puede acompañarlo con algún quejido resoplido mucho mejor. Lo digo por simplificar la vida a los que no se dan por aludidos y no ceden el asiento allá les levanten de los pelos como a los que al mínimo grado de grasa o ante la ingesta de una buena fabada casi te sientan a la fuerza. Pero vanos a hablar largo y tendido de este temita.

No es raro que después de un tiempo cuando te cruzas con una persona y llevas tu preciosa barriga conseguida a base de esfuerzo lo primero que les salta a la boca es un ¡Enhorabuena! Acompañado de la colégiela correspondiente, mis favoritas: 

- ¿Para cuando lo esperas?

- No sabía que estabas embarazada. 

Para ambas suelo tener ya preparada la respuesta estándar porque la verdad es que, la primera vez que te pasa, suele ser tan chocante que no te da tiempo a reaccionar. Supongo que os morís de ganas por saber cuales son por si podéis reciclarlas y como compartir es vivir (excepto si hablamos de croquetas) os comunico que una explicación larga del proceso de concepción y gestación es algo que les avergüenza cantidad. 

“Pues si te refieres a mi futuro hijo te comento que estoy haciendo un castin para el donante de esperma, porque claro, soy soltera y no tengo novio conocido, como bien sales porque tu madre cotillea por la mirilla. No descarto comenzar a preocuparme por mi arroz y lo pasado que está hasta dentro de unos 5 años. En ese caso si no he encontrado un hombre millonario que me mantenga puesto mismo pienso en hacerme un Ana Rosa y congelarme los óvulos (…)” Así puedes seguir hasta que la cara de tu interlocutor esté morada cuando acabas con un simple “Así que en resumen en unos dos o tres años puedes volver a preguntarme”. Mano de santo. 

Si es la segunda opción aún puedes hacer más leña. La última vez que me pasó era notorio que mi última relación databa de hacía más de 3 años. En ese periodo no había pareja conocida por lo que encima sonaba a recochineo. Pero os aseguro que esta respuesta corta es simplemente mágica. ¡No sabía que estabas embarazada! PUES YO TAMPOCO”. Silencio incomodo y nunca jamás te volverán a incordiar. 

Os voy a dar un consejito en caso de que sospeches que alguien gordo pueda estar embarazado… ¡Simplemente espera a que lo comunique! Es así de sencillo, y aunque puede aplicarse a cualquier persona en la faz de la tierra que pueden tener sus razones para no informar de su embarazo como una pérdida previa, problemas personales o simplemente porque no le interese contártelo para nada. En esto de las relaciones y las gorduras funciona fenomenal el respetar. 

Otra cosa que podéis hacer es plantear si a tu amigo que ha criado en este año de pandemias una barriga cervecera le preguntarías si va a ser niño o niña. ¿No? Pues en caso de tratar con una mujer lo mismito. O a esa pregunta no deseada te pueden contestar que lo que esperan es que la fabada salga tan bien como entró y que no apeste mucho. Por desgracia la diplomacia en la que te curten los años de gordo acaban haciendo que hagas una broma sobre el tema, sonrías y no hagas sentir incómoda a la otra persona a costa de llevarte el come-come en la cabeza para toda la semana. 

Si eres una pobre gorda que lo ha sufrido ¡no estás sola! Si por el contrario eres de los que la ha cagado… ¡Aprende de tus errores y muérdete la lengua! 

Publicar un comentario

0 Comentarios