Supongo que no hay que aclarar que los objetivos vitales de todo aquel que abre un blog es conseguir algo. Notoriedad, visibilizar una causa, hacerse rico y famoso o conseguir que les llueva el dinero. Esas son mis motivaciones favoritas aunque en la práctica sólo pretendo desahogarme y me sale más barato pagar el dominio que ir al psicólogo a contarle mis penas así que este espacio entraría dentro del grupo de los "espacios terapéuticos". No os voy a engañar, me encantaría convertirme en una gurú adelgazar 50 kilos y ganarme la vida ilusionando jovencitas rollizas con alcanzar sus metas vitales pero creo que eso lo vamos a descartar de momento.
Antes de abrir un blog y lanzarte a escribir tontadas siempre hay que hacer un poco de research, lo que viene a ser investigación de campo de toda la vida, para saber si lo que vas a contar le interesa a alguien, si hay público objetivo o si el mercado esta tan saturado que no merece la pena ni el esfuerzo de intentarlo. Por poner un ejemplo, si todas las chicas que se abren un Instagram de maquillaje hicieran una mínima búsqueda seguramente basándose en datos objetivos como sus habilidades, sus capacidades y su belleza podrían ahorrar mucho tiempo y disgustos en hacer despegar su perfil. Pues yo, que soy muy lista y di una optativa llamada "periodismo de investigación" llegué a la conclusión de que antes de iniciar esta andadura tenía que ver cómo andaba el mercado y el panorama es desolador.
Por simplificar, si eres gordo sólo puedes exponerte a dos tipos de contenido básicos: Los blogs de moda y estilo y los de adelgazar a saco.
Los blogs de moda y estilo.
Estos blogs me han resultado altamente curiosos. Todas las que superamos una talla 48 tenemos ciertos problemas con eso de los estilismos, cosa que analizaremos en un futuro cercano, pero el submundo de las talla grandes es algo fascinante. ¿Sabes que hay autenticas gurús de la moda de tallas grandes? Chicas que te animan a arriesgarte con colores blancos o estampados imposibles, gente que enseña carne sin complejo defendiendo la curva bella... Oye, he disfrutado mucho viendo sesiones de fotos de outfits de diferentes calidades pero casi todas muy patrocinadas, vamos, que te arruina comprarte una chaqueta el presupuesto de dos meses. Y, oye, que eso está muy bien, pero si sumamos el que las ropas de talla grande son feas y que te recomiendan tiendas caras a morir casi prefiero arriesgarme con las 5XL de Aliexpress.
He leído mucho estos blogs durante una temporada. Repito, no como consumidora del mismo si no como curiosa, y la verdad es que lo primero que he constatado es que no hay mucho que leer. Son compendios de fotos claras, labios pintados de rojo pasión y modelos que no quedan del todo mal pero en los que no creo que nadie se embutiría, incluso aquellas que carecen de complejos.
Pocas hablan de lo complicado de vestirse, de estar a gusto con lo que compras y lo que vale una camisa normalita en la sección de tallas grandes.
Todas lucen tops cortitos y pantalones apretados que, si bien no son mi estilo, me hacen plantear dónde los han encontrado porque todas las camisas que me he probado este año casi llegan a la rodilla para esconder molla. ¡Ojo! No critico su capacidad de elegir modelos, critico objetivamente no haber visto en la calle nunca nada semejante en una situación real.
La cuestión es que si googleas "Blogs de gordas" te aparecen sólo espacios pensados para dar ideas sobre vestir a la moda, encontrar tallas grandes, o ponerse guapa. Sólo algunos de ellos se animan a escribir sobre otros temas. Muchas veces con un enfoque "Body Possitive" que no resulta atractivo porque estar gordo es un problema más allá de la talla. Es un problema para la salud, para la mente y para el bolsillo. Por muy guay que salgas en la foto o aunque te hayas colado en la sección de las blogueras gordas más influyentes del mundo al final algo falla porque no eres una "bloguera", la coletilla "gorda" la llevas detrás y... ¿A quién le importa la talla si buscan estilo? Me confunde.
Pero no puedo acabar sin pedir perdón porque he cometido un pecado. Es como cuando vas a la peluquería y dices que quieres que te depilen el "bigote" y la estilista te corrige con un "no se dice bigote, se dice "labio superior". Pues eso, llevo todo el rato hablando de "Blogs de gordas" cuando debería hablar de "Blogs de over size" o "Plus size", entendemos la ironía, ¿Verdad?
Pierde peso, sé feliz
El segundo grupo de blogs es todavía más genial, se trata de gurús de comida sana y dietas imposibles. Bueno, posibles son, pero comer tanto verde no puede ser de ningún modo bueno si no eres una vaca. Aunque si tengo que elegir, casi las prefiero a las dietas raras de hoy en día. Pensé que después de la dieta Dukan no vería nada más extraño en mi vida pero en plena era detox, batidos de proteínas, ketos y demás, creo que me equivocaba. Muchas de estas recetas infalibles son dadas por gente cuyo título de nutricionista proviene de un curso on line gratuito (si llega) y también de los míticos "A mí me ha funcionado". Creo que mientras los blogs de moda pueden ser tóxicos para las jóvenes que no encuentran esa ropa tan "chuli" en sus tiendas normales y les puede crear un complejito, los de nutrición son más dañinos porque proponen ideas que pueden ocasionar trastornos de salud.
Mi consejo del día es que si tu especialista no es capaz de recetarte un análisis de sangre antes de ponerte a dieta, cambies de gurú. Por tu salud. De nada.
Y aquí me encuentro yo. Que no quiero enseñar las lorzas, sólo contar mi día a día y mis inquietudes, que no creo en "visibilizar la gordura", estar gordo es muy malo para la salud. Punto. Ahora tampoco vayáis a ir quemando gente con sobrepeso por las calles que os conozco y no encontráis el punto medio... Así que... ¿Dónde encajo? Ni visto bien, ni tengo fotógrafo propio, ni compro en sitios más glamourosos que el Kiabi o C&A... Mi vida es un desastre. Y, aún así, tras este terrible trabajo de investigación aquí me tenéis, contando que soy gorda y que lo que encuentro en la red no me representa. Quizás ese es el motivo de ponerse a rellenar ese hueco, ¿no?
¡Soy la resistencia!
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